viernes, 2 de septiembre de 2016

Una tercera opción.


Al final, contemplaba dos opciones.

Una era tan buena que acabaría
 por hacerme daño
y la otra
era tan mala que acabaría
por causarle daño a todo aquel
que se me acercara.

Ninguna de esas opciones estaba bien,
no se puede vivir permitiendo
que cualquier acción, cosa o persona te cause daño... 
Tampoco se puede puede lastimar
a todo lo que se cruce por tu camino sin sentirse
miserable y culpable.

No necesitaba ninguna de esas
opciones.

Necesitaba una tercera opción.

Crear una tercera opción.

Una que hallara el medio entre la Agresividad
y la Bondad.

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