Nada se compara
al infierno que provocan tus recuerdos,
nada se iguala
a la sensación tan destructiva que causa tu
lejanía.
Imaginar todas las noches recuerdos
jamás vividos, besos jamás dados y caricias
que nunca tuvieron un lugar en
nuestra realidad.
Nada se compara a la intensidad
con la que deseo que vuelvas a mi cada día.
Rogando al universo
para que nuestro caminos se crucen
una vez más, pero esta vez permanezcas a mi lado
para siempre.
Nada se compara a todo lo que provocas en mi.
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