Él estaba de vuelta, Al fin. Después de haberlo esperado tanto. Sentía como la amargura se removía muy fuerte dentro de mi, pues ambos habíamos cambiado tanto. Él para bien y yo para mal. Él lucia feliz, más relajado, seguro de si mismo, se había vuelto más irresistible de lo que recordaba. En cambio yo lucía tan fría, triste, distante y tan desconfiada, para nada parecida a aquella chica en la qué el se había fijado. Ese había sido el segundo peor día de mi vida, pues aún lo quería, y por eso hice algo que solo logro matarme un poco más, alejarlo de mi, no quería apagar esa felicidad de la que ahora estaba lleno. Y si lo arrastraba de vuelta a mi ambos nos hundiríamos. Por un largo tiempo. Pero alejarlo de mi fue tan indeiblemente difícil, pues como ya lo habia dicho, él se había vuelto mil veces más irresistible de lo que recordaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario