sábado, 2 de abril de 2016

Los recuerdos a veces pueden ser una tortura, otras veces una salvación.

Por mucho que lo intentes nunca podrás borrar ni deshacerte de esos recuerdos que se mantienen en tu corazón, una vez que se alojen allí no podrás arrancarlos de ti nunca más, sean malos o buenos. No puedes deshacerte de aquella experiencia vivida que te convirtió en la persona que eres hoy. Ellos siempre formaran parte de ti. A veces los recuerdos pueden convertirse en una eterna tortura. Otras veces simplemente se convierten en tu salvación.

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