sábado, 23 de abril de 2016

Aquélla interminable tormenta.

Porque lo único que deseaba más que nada en ese momento era tan simple. Lo único que deseaba en aquel instante era calma, ya saben que después de la tormenta viene la calma, pues yo ansiaba desesperadamente esa calma, ya habia tenido suficiente tormenta o al menos eso me parecía, aunque la verdad no sabía si merecía aquella calma, ya que después de todo yo misma había causado esa interminable tormenta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario